sábado, 14 de noviembre de 2009

FRANCISCO RAVECCA , EL ALMIRANTE BROWN, SU LOGIA Y LA MONARQUIA
























    

 

 El sobrino segundo de Mariano Arana Francisco Ravecca Jones titular de Ficus Capital y representante de David Rockefeller en el Uruguay es  casualmente el tataranieto del Almirante Brown  Masón grado 33 del Rito Escocés (Logia Almirante Brown) fiel servidor de los intereses  Monárquicos Europeos, su historia nos recuerda a la de Guiseppe Garibaldi, agentes Illuminati?

 http://www.inb.gov.ar/genealogia/default.htm?page=RAVECCAJONES-Francisco-I202.htm

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Francisco nació el 1 de Febrero de 1969.  El padre de Francisco es Francisco RAVECCA ARANA y su madre es Cristina JONES TORRY.  Sus abuelos maternos son Guillermo JONES ODRIOZOLA y Barbara TORRY. Él tiene un hermano y una hermana, de nombres Alfonso Gabriel y Carola María.  Él es el mayor de tres hijos.




http://www.inb.gov.ar/actividades/congresohistoria07/textos/htm/logia_brown.htm


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Algunas conclusiones acerca de Brown Masón

En nuestra opinión, uno de los puntos centrales que muestra con claridad indubitable la condición de masón del ilustre prócer, está fijado en las circunstancias que rodean su fuga de Francia y la posterior llegada a Inglaterra, en los primeros años del siglo XIX.
En este tema es interesante seguir el relato de Arguindeguy y Rodríguez pues logran una síntesis notable que, pese a su brevedad, abre puertas trascendentes para la investigación histórica. Citando la captura de Brown en 1798 siendo "capitán de un barco de bandera británica" por el navío francés nombrado 'Presidente' y alojado como prisionero primero en Lorient "de donde pasó a ser encerrado en la prisión de Metz...", hacen constar lo narrado por su compañero de prisión el capitán mercante inglés Seacome Ellison, "posterior vecino porteño y asociado con el Almirante y con los Chitty en algunos negocios marineros". Basados en este personaje, nuestros autores dicen que "...fue Brown atrapado en su primera fuga y trasladado a una prisión de máxima seguridad en la fortaleza de Verdún, donde intentó, esta vez con éxito, una nueva evasión, en compañía de un Coronel inglés de apellido Clutchwell, con el que atravesó las Ardenas, cruzó el Rin y en Alemania obtuvo el apoyo de la princesa de Wurtemberg, hija del rey Jorge III de Inglaterra, para regresar a Londres y reincorporarse a su profesión de marino".
Es casi ocioso resaltar algunas particularidades de esta fuga y de los apoyos que indudablemente tuvo que haber tenido antes, durante y después de la misma, un hombre sin recursos entonces y que, por otra parte, debía ser considerado muy valioso para quienes sostenían su escape. Hagamos, sin embargo, dos primeras apreciaciones. En primer lugar, su socio en la ruga es nada menos que un Coronel inglés, seguramente un combatiente contra la expansión napoleónica y vinculado a su vez a los mismos que, por extensión, amparaban en esas circunstancias a Guillermo Brown.
En segundo término, aunque no menos importante, es de notar las enormes distancias recorridas por los evadidos hasta completar la fuga y, consecuentemente, los apoyos amplios y generosos que debieron recibir a lo largo de ese trayecto. Apoyos, por cierto, de todo tipo: económicos, políticos, y, sobre todo, articulados como una red que garantizara el éxito de la misión.
¿A quiénes o a qué poderes representaban sus amigos en Europa? ¿Cómo se articulaba la red de apoyos y en qué niveles de la sociedad, habida cuenta de los contrapuestos intereses de gobiernos y sociedades actuantes en la época? ¿Estarían relacionados con la creciente e influyente Orden masónica? Veamos algunos detalles que echan luz sobre estos hechos, apuntando siempre a demostrar que, en nuestra modesta opinión, el Almirante Guillermo Brown fue masón.
Desde el inicio digamos que tanto ayer como hoy no es común, ni mucho menos, lograr apoyos del tipo citado sin una trama, un objetivo compartido, sea éste político o ideológico, que los haga congruentes con el esfuerzo realizado.
La princesa era nada menos que la hermana del Gran Maestre de la Gran Logia y pocos años después Rey Jorge IV de Inglaterra. ¿Es aventurado pensar en una acción mancomunada de la masonería para lograr el rescate de Brown?
En el libro "La Masonería Argentina a través de sus hombres", ya en su tercera edición, el historiador Alcibíades Lappas nos permite descubrir la íntima relación existente entre los protagonistas de estos hechos. Tanto la princesa que hemos citado, como el Gran Maestre de entonces y luego Rey Jorge IV, así como el sucesor de éste en la Gran Maestría, el Duque de Sussex, eran hermanos carnales e hijos del Rey Jorge III de Inglaterra. Uno de los protegidos y confidente del Duque en estas tierras fue Hypólito José da Costa Pereira Furtado de Mendonca, nacido en la Colonia del Sacramento el 25 de marzo de 1774, uno de cuyos agentes en el Río de la Plata fue Tristán Nuno Baldez, casado con María Dominga Ortiz de Rosas, hermana de don Juan Manuel, según lo afirma el citado Maguire. Tanto Hypólito da Costa Pereira como Nuno Baldez, de clara y comprobada filiación masónica.
El Príncipe de Gales -de la Casa de Hannover- ejerció la Gran Maestría hasta 1813 en que fue remplazado por su hermano S.A.R, Augusto Federico, Duque de Sussex, quien desempeñó ese cargo durante treinta años y fue factor principal en la conformación de la actual Gran Logia Unida de Inglaterra. Este dignatario de la masonería inglesa tuvo durante su mandato información detallada de los sucesos que llevaron a la independencia de estas tierras, uno de cuyos informantes directos fue el entonces embajador en Lisboa, y luego en Río de Janeiro., el irlandés Vizconde de Strangford.
Este masón, iniciado en la Logia Britannic N° 33 de Londres el 19 de marzo de 1808 y luego afiliado a la Logia Antiquity N°2, estuvo relacionado con los patriotas del Rio de la Plata, caso de Saturnino Rodríguez Peña y otros, también masones, y fue correo diplomático de las expectativas y acciones de éstos en pro del objetivo de emancipación.
Sin que olvidemos, por cierto, los significativos viajes de Brown hacia Río durante el período anterior a 1814, es del caso recordar otro hecho por demás ilustrativo de la vida de estos hombres en relación con los objetivos de libertad y progreso que animaban a la Orden Masónica.
Hacia fines de 1825, previendo la agudización del conflicto y el enfrentamiento con el Brasil, a propuesta de Rivadavia el gobierno del general Las Heras contrata formalmente al Capitán de Navío Robert Ramsay - "casi hijo adoptivo de Buenos Aires" según Enrique Ruíz Guiñazú- para hacerse cargo del comando de la flota en caso de guerra, así como de la creación de una Escuela para la formación de oficiales navales. Pese al compromiso asumido, frente al hecho concreto de hacerse cargo del mando con el grado de Coronel Mayor, el Capitán Ramsay rehusó hacerlo "por creer que nadie era más capacitado para actuar en esa lucha que el ya probado Almirante Brown. De ahí que Ramsay se embarcara de regreso a Inglaterra con una misión del gobierno" (Ratto, página 152). En ese mismo sentido, Arguindeguy y Rodríguez a pág. 332 de sus 'Apostillas1, reproducen la carta de Ramsay a Brown al enviarle en obsequio su sable, donde aquel hace constar su estima y admiración por el Almirante y hace "votos porque goce Ud. de larga vida para usar éste y otro, en sostén de la causa en que ambos estamos empeñados".
Particular y significativo recorrido el de este sable, según lo grabado en la boquilla de su vaina que dice " Salter Sword cutter to/His Roy. Highness the Duke of Sussex /35 Strand /Captn. R. Ramsay /RN" y agregado "Almirante Brown".
Ofrecido al Gran Maestre de la Gran Logia Unida de Inglaterra -Logia Madre de todas las Grandes Logias regulares del mundo- éste lo cede a un Capitán de la Armada Británica, seguramente por méritos surgidos de su vinculación y servicios a la Orden Masónica. Cuando a su vez Ramsay lo ofrenda al Almirante Brown hacia 1826, aun seguía como Gran Maestre el Duque de Sussex y es impensable siquiera suponer que ese sable llegó a las manos de Brown sin conocimiento de aquel. Por nuestra parte, y dando por sentado lo que se afirma en párrafos anteriores, estamos persuadidos que el Capitán Ramsay, espectador privilegiado de los hechos del 25 de Mayo de 1810 desde su goleta Mistleíoe y luego contacto con hombres de la Junta, -quizá estimulado desde Londres-, no vaciló en ofrendar el sable de comando, seguramente muy caro a sus sentimientos, a un hermano masón al servicio de "la causa en que ambos estamos empeñados", tal como lo afirma en su nota adjunta.Tanto esta última afirmación en lo que hace a una causa común como la ofrenda en sí misma, desde la perspectiva de un masón inglés tienen un enorme valor práctico y simbólico a la vez, que no puede dejar de señalarse.
No era un sable más, sino uno que lleva grabada la impronta del más alto dignatario de la masonería inglesa.
Por su parte, en la cita de V.M Quartaruolo en la llamada al pie en página 153 del libro de Ratto, consta que "Roberto Ramsay fue el mensajero permanente del embajador inglés en la Corte de Portugal en Río de Janeiro, Vizconde de Strangford, para comunicarse con la Junta Gubernativa nacida el 25 de mayo de 1810 y la goleta Mistletoe, que mandaba, era bien conocida por los hombres de Buenos Aires". Y concluye la cita: "Ramsay sirvió a la causa de la independencia de América en todos los mares".
Tal como lo adelantamos, una lectura distinta a la de algunos historiadores, profesionales o no, nos permite avanzar hacia otras conclusiones y, ésa es nuestra intención, incorporar la vida militar de Brown en un marco que nos permita hacerla comprensible a la luz de los poderes que dominaban el escenario político de entonces.
Con notable claridad y economía de palabras, Arguindeguy y Rodríguez a página 8 de sus invalorables 'Apostillas', nos dicen que "el lapso más oscuro de la vida de Brown es el contenido entre 1804 y 1809, durante el cual ninguna referencia propia ha sido aportada, ni hallada documentación alguna sobre su persona. Debió tener Brown entre sus 27 y 32 años una activa vida, la que para muchos de sus exégetas y dadas sus circunstancias, no pudo ser otra que la de oficial naval al servicio de la Real Armada Británica...", y agregan a continuación consideraciones propias que avalan seriamente su presunción.
Pero hay más. Sobre el final de la página 9 hacen constar que en el Archivo General de la Nación han hallado en la documentación del norteamericano Guillermo Pío White -contradictorio personaje y a quien Antonio Rodríguez Zúñiga da como afiliado a la logia 'Estrella Del Sur' del Distrito azul inglés- "un poder dado el 8 de julio de 1806 por la plana mayor y la tripulación de la fragata HMS Narcissus a los agentes de presa...Bajo el comando del Capitán de Navío Ross Donnollyo HMS Diadem, insignia del Almirante Sir Home Popham..." a quien algún autor cita corno masón y que tuvo principalísima actuación en los hechos de las invasiones inglesas de principios de aquel siglo.
En rigor, la suma de coincidencias parece por demás excesiva, a poco que, como lo pret, en su plana mayor figura un guardiamarina de nombre William Brown, cuya firma en ese poder se asemeja notoriamente a las que poseemos de nuestro Almirante", y agregan que "dicho William Brown procedía de la plana mayor del navíendemos por lealtad a los hechos de la historia, ubiquemos la vida personal y política del Almirante en un marco que supere el estrecho aunque importante entorno naval.
Dijimos antes citando a Patricio Maguire de las dificultades encontradas por los investigadores de 'sea lodges' a bordo de los barcos de la Royal Navy. Esto es tan cierto que según aquél "prácticamente nada se puede saber de ellas". Sin embargo, no pueden negarse las vinculaciones de Brown que le permiten ser nombrado Comandante en 1814 a petición de Larrea y Alvear -ambos en la Logia Lautaro-; sus opiniones sobre la emancipación americana coincidentes con las de los próceres afiliados a las organizaciones masónicas de la época; su consciente y expresa participación en la geoestrategia diseñada por San Martín y sostenida por los masones de las logias Lautaro y Gran Logia de Buenos Aires; su significativa relación con el masón Villamil en el incidente de su captura y liberación en Guayaquil y la tenida masónica que relata el ecuatoriano Levi-Castillo, sin dejar de recordar por su extraordinaria importancia, las condiciones y apoyos en los cuales se cimenta su fuga de Francia en la primera década del siglo XIX.
En nuestra opinión, solo un iniciado masón,-al estilo de Iriarte en la fragata española -, pudo ser merecedor, además de sus méritos profesionales, de las atenciones, reconocimientos y relaciones ganadas a lo largo de su vida, por parte de conspicuas figuras de la Orden masónica dentro y fuera del país.
Su probable iniciación en un buque de la Armada inglesa justifica largamente el comienzo de una trayectoria personal que culmina, en la etapa que tratamos, con la recepción de un sable de comando ofrecido por un Gran Maestre de la Masonería y, no exento de apreciaciones conflictivas, el público y formal reconocimiento de todos los gobiernos nacionales desde sus comienzos en 1814 hasta su muerte en 1857.
A 150 años de su muerte, dejamos planteada nuestra convicción de un Almirante Brown masón, afirmada en hechos que nos parecen indubitables y que han sido parte sustancial en el proceso de emancipación de esta parte de América.
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Bibliografía consultada
HISTORIA DEL ALMIRANTE BROWN, autor Héctor Ratto-Editorial del Instituto de Publicaciones Navales- Buenos Aires, 5a. Edición. Año 1999.

GUILLERMO BROWN, Apostillas a su vida, autores Pablo E, Arguindeguy y Horacio Rodríguez. Instituto Browniano- Buenos Aires, año 1994.

LA MASONERÍA Y LA EMANCIPACIÓN DEL RIO DE LA PLATA., autor Patricio José Maguire- Apartado del Boletín del Instituto de Historia Argentina, N° 16-17 año 1968 y N° 18 y 19 del año 1969. Buenos Aires, 1969.

CENTENARIO DE LA MUERTE DEL BRIGADIER GENERAL DON JOSÉ MATÍAS ZAPIOLA Y LEZICA -Comunicación histórica- Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Vol. XLVH, año 1974. Trabajo presentado por Laurio H. Destéfani.

MEMORIAS DEL GENERAL IRIARTE- Textos fundamentales-Selección y comentarios por Enrique De Gandía - Compañía General Fabril Editora S.A.- Buenos Aires 1962- 2 tomos.

LA LOGIA LAUTARO Y LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA, autor Antonio Rodríguez Zúftiga - Buenos Aires, año 1922- Edición oficial de la Masonería Argentina del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

LA MASONERÍA ARGENTINA A TRAVÉS DE SUS HOMBRES, autor Alcibíades Lappas, 3a. Edición-Buenos Aires, año 2000.

LA IMPENSABLE GESTA DEL ALMIRANTE BROWN, autor Miguel Ángel De Marco, diario La Nación del 16 de mayo del año 2004.

EL ALMIRANTE GUILLERMO BROWN, -Su captura y rescate masónico en Guayaquil- autor Dr. J.R. Le vi Castillo, Ars Quatuor Coronatorum, Lodge N° 2076, volumen 92 del año 1979-Londres (traducción al castellano de Francisco Goyogana).

GUILLERMO BROWN, autor Guillermo A, Oyarzábal-Editorial Histórica- Buenos Aires, año 2006.

LOS MASONES - LA SOCIEDAD SECRETA MÁS PODEROSA DE LA TIERRA. Autor: Jasper Ridley- Javier Vergara Editor. Año 2000.

EL PRESIDENTE SAAVEDRA Y EL PUEBLO SOBERANO DE 1810-Enrique Ruiz Guiñazú-Estrada Editores- 1a. Edición, julio de 1960.

SAN MARTIN, LA LOGIA LAUTARO Y LA FRANCMASONERIA-Fabián Onsari- Editada por el Supremo Consejo del Grado 33° y Gran Logia de la Masonería Argentina - 2a, Edición- Buenos Aires, 1964.

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