domingo, 11 de diciembre de 2005

HECTOR COLELLA, OCA Y EXXEL

http://www.clarin.com/diario/2005/12/11/elpais/p-02210.htm




EL COLOR DEL DINERO







El regreso de Ocasa y de Héctor Colella



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Silvia Naishtat.

snaishtat@clarin.com



Aunque dicen que nunca se fueron, Héctor Colella y su controlada Ocasa, regresaron al mundo de los negocios.



Este cordobés de 51 años, seis hijos y, desde el 2002, cuando Eduardo Duhalde presidió el país, con residencia fija en Montevideo, saltó a la fama el día en que se suicidó Alfredo Yabrán. Aquel mayo de 1998, el empresario lo había designado el heredero. Y en una carta lo nombró por sus iniciales: HC.



Colella no sólo quedó a cargo de la administración del imperio Yabrán, que abarca, entre otras tantas cosas, 84.000 hectáreas, que lo convierten en uno de los principales productores ganaderos.



Una de sus actividades menos conocidas son las iniciadas por el mismo Yabrán en Nueva York. En 1982 fundó allá la firma de logística Ocasa, a la que agregó inversiones inmobiliarias en Miami y Los Angeles. En la Argentina, Ocasa fue vendida al Exxel Group en 1997 junto con OCA y luego cayó en convocatoria.



La Ocasa de los Estados Unidos se mantuvo viva, a pesar de las sospechas que siempre rondaron al grupo Yabrán. Y gracias a la explotación de un nicho como el delicado transporte de sustancias biológicas, está multiplicando millones. Colella descubrió el filón y tiene de clientes a los mayores laboratorios del Norte: les garantiza velocidad entre lugares remotos.



Pero se prepara para un nuevo salto: obtuvo el permiso de la Reserva Federal para convertirse en el carrier de los dólares que se exportan desde Miami a América latina.



Con una inversión de 20 millones de dólares construye a toda prisa un tesoro propio en el Aeropuerto de Miami, para el flamante emprendimiento. Ocasa EE.UU. cerrará el ejercicio 2005 con 94 millones de dólares de facturación y una plantilla de 500 empleados.



En Argentina compró la deuda de Ocasa y está levantando la estantería. Por de pronto, hizo pie en la logística para bancos y tarjetas de crédito. Vaya vueltas del destino, Colella no pierde pisada a Oca, que fue la nave insignia de Yabrán y hoy pertenece a un fondo estadounidense.

domingo, 25 de septiembre de 2005

BUNGE & BORN EL REGRESO

http://www.clarin.com/diario/2005/09/25/elpais/p-01810.htm




EL COLOR DEL DINERO

Bunge, del plan BB a la era Kirchner



Silvia Naishtat.

snaishtat@clarin.com



Aunque ellos dicen que nunca se fueron, lo cierto es que durante el menemismo, al que apoyaron desde sus inicios con dos figuras claves del holding, Bunge vendió casi todas sus empresas. En 1998, el mejor año de la convertibilidad, la multi argentina se desprendió de su nave insignia Molinos que quedó en manos del grupo Pérez Companc. Ese año embarcó apenas 800.000 toneladas de granos. Pero desde la devaluación las cosas parecen haber cambiado: hoy exportan 12 millones de toneladas y pelean el podio con Cargill.



Es llamativo. En el desastroso 2002 en White Plains, estado de Nueva York, el board decidió la inversión más importante de Bunge para el país: US$ 300 millones que comenzaron a cobrar forma la semana pasada en Ramallo, con un puerto y plantas de aceites y fertilizantes que dispone de la tecnología más moderna del mundo. La idea germinó cuando el país estaba en default y su riesgo superaba los 5.000 puntos. Pero las ventajas de un puerto sobre el Paraná, con un calado natural envidiable, desdibujaron rápidamente los temores.



Raúl Padilla, el jefe de Bunge, dice que Argentina siempre es difícil de explicar, aunque es más fácil si hay que enfrentar a un directorio lleno de argentinos. Entre ellos, Jorge Born junior, Octavio Caraballo, Carlos Braun, Bernard de La Tour y William Engels, pariente lejano del famoso filósofo amigo de Marx.



La tecnología del polo agroindustrial de Ramallo, basada en un software realizado por una pyme rosarina, es parte de los conocimientos que este gigante ya está exportando al resto de sus plantas desparramadas por el planeta.



Pese a que los márgenes en este sector son estrechos (4%), la filial argentina tiene para crecer: con US$ 2.500 millones sólo representa hoy el 10% de los negocios globales de Bunge.



Por eso no descartan nada. Sobre todo, cuando se prevé que los dulces precios actuales llegaron para quedarse al menos durante los próximos cinco años.