El caso Lan
Lo más complejo y, a la vez, de corto plazo es la venta del 26,34% de Lan. No porque la acción se vaya a ir en picada, sino debido a que están en juego varios factores: la estrecha relación con los Cueto, el impacto de un nuevo accionista en los planes de desarrollo de la compañía, la cantidad de dinero que ingresaría a la caja de Piñera y hasta el trance de cambiar una candidatura riesgosa por un proyecto empresarial exitoso al cual fue invitado a integrarse por el propio Juan Cueto hace casi 20 años. Solo en el primer semestre de 2007 su actual participación rentó a Piñera más de un 40% y le reportó un dividendo superior a los 30 millones de dólares.
En su círculo cercano se habla de tres escenarios, que van de mayor a menor desde el punto de vista del grado de aceptación que provocan al candidato. Así, su primera opción sería traspasar ese 26,34% a un fondo de inversión extranjero, con una cláusula que le permita recuperar la participación en caso de que no llegue a ser elegido presidente. Interesados no faltarían.
Después de todo se trata de una aerolínea con un fuerte plan de expansión, con un valor bursátil estimado para fin de año en 5.600 millones de dólares –según la visión más conservadora– y utilidades en torno a los 300 millones de dólares. A ello se agregaría un lógico premio por derecho a retiro.
Dicen que ya le han tocado la puerta empresarios locales y extranjeros, así como un par de corredoras y bancos de inversión que están contactando a algunos fondos para armar una operación. ¿Quiénes aparecen en la lista? Hay tres fondos o firmas de capital privado que han estado más activas en el sector aéreo.
TPG (ex Texas Pacific Group) que participa en Northwest Air Group, Midwest Air Group, America West Airlines, Tiger Airways y Ryanair. También ha invertido en Continental Airlines y lideró una oferta por la australiana Qantas. Se suponía que junto con British Airways iban también por la española Iberia, pero el interés ha decaído. Lo mismo ocurrió en el caso de Alitalia.
A TPG se suman Apax y MatlinPatterson Global Opportunities Partners. Esta última estuvo interesada en Alitalia, pero se retiró por sus críticas a la transparencia en las cuentas de la italiana.
También estuvo detrás de Variglog, la ex filial de carga de Varig, que terminó siendo adquirida por la matriz. Apax también tiene a Iberia en la mira, junto con Air France-KLM, pero hasta la fecha no se ha concretado nada. Apax tenía el 40% de la aerolínea de bajo costo Vueling.
Aunque sus asesores estiman que el porcentaje de Piñera en Lan tiene una magnitud que puede ser asumida perfectamente por el mercado chileno, explican que “la idea es hacer una gestión con colocación internacional por paquetes. Muchos empresarios nacionales y extranjeros le han enviado recados diciendo que están interesados en comprar”.
El ingreso de un fondo de inversión no sería la fórmula predilecta de los Cueto. Primero, porque el aporte estratégico de estas entidades es menor y, menos relevante para ellos, porque privilegian las relaciones personales. O sea, prefieren un socio de carne y hueso, ojalá conocido y que comparta el proyecto de desarrollo de largo plazo que tienen para Lan.
Surge así el segundo escenario de salida: que los Cueto, con quienes Piñera tiene un pacto de accionistas, ejerzan su derecho preferente sobre el paquete de acciones de su actual socio. Si bien se trata de un monto elevado, hay quienes aseguran que la operación de la aerolínea les genera los suficientes flujos como para financiar esa aventura, a lo que naturalmente suman las ganancias de sus otras inversiones y la buena imagen que tienen en el mundo financiero. Considerando la relación que cultivan con Piñera (hasta pasaron juntos el “18”), hay quienes sostienen que no sería raro que los Cueto le abrieran una puerta para que volviera a la propiedad de Lan en caso de salir derrotado en 2009, aunque cercanos al candidato aseguran que el modelo de venta de Lan no pasa por la confección de un mecanismo que le permita recuperar la compañía frente a una eventual pérdida en las presidenciales. “El tiene decidido salirse de Lan para siempre”, afirman.
La tercera opción es que los Cueto busquen una alianza con un operador extranjero que les permita seguir creciendo en el continente. Según afirman cercanos a los Cueto, no sería extraño que se inclinaran por hacer una especie de intercambio de acciones con TAM o TACA, ambas aerolíneas dominantes en sus mercados (Brasil y Centroamérica, respectivamente) y con factores comunes a Lan: son controladas por familias y han llevado a cabo planes de desarrollo serios y de largo plazo. Aunque supone mantener un proyecto regional (frente a la expansión más global que implicaría una alianza con un operador europeo o asiático), solo la dimensión del mercado interno brasilero (que representa el 60% de todo el tráfico regional) justificaría la medida.
Buitres al acecho
Pero una vez liquidadas sus participaciones en Lan y otras sociedades, ¿qué hará Piñera con esos 1.500 millones de dólares y todo el flujo de sus demás inversiones?
En el mercado se sabe que hay varios bancos de inversión locales y extranjeros, así como corredores de bolsa, que están hace meses preparando un modelo de administración de activos para presentar al empresario y su equipo de colaboradores. Una de ellas sería Celfin Capital. Hace un mes, la corredora hizo un aumento de capital en su Fondo Global Optimization por 227 millones de dólares. Piñera figuró entre los aportes, junto a las AFP del sistema. Ello sería la punta del iceberg de lo que la firma está preparando y espera tener listo antes de fin de año.
Otro banco en competencia sería Moneda Asset, donde trabaja Juan Luis Rivera, el ex gerente general de Bancard y brazo derecho del candidato, quien sigue siendo un hombre de confianza de Piñera. Sin embargo, en Moneda desmienten las versiones, señalando que si bien el empresario es cliente con inversiones en algunos de sus fondos internacionales, no les ha planteado ni ellos han pensado en tal posibilidad… por el momento.
Cercanos a Piñera advierten otra alternativa: que el empresario busque a un tercero fuera de Chile que le administre su fortuna en instrumentos extranjeros, para no levantar susceptibilidades en el país. Aquí aparece la figura de un trust que puede ser un banco de inversión o gestor de fondos. Puede ser una alternativa un tanto complicada, especialmente si Piñera quiere mantener algunos negocios en Chile.
También hay quienes creen que Piñera tiene una carta bajo la manga y que entregará sus recursos a un tercero independiente de él, con una reputación intachable y de reconocimiento nacional y transversal, con alta capacidad de gestión de recursos. “Puede hacer lo mismo que ha hecho con Chilevisión, canal del cual no piensa desprenderse, donde puso a gente transversal y, por tanto, no tiene necesidad de vender. En sus otras inversiones está dispuesto a generar una estructura con instrumentos y acciones que no estén en el tope de la ola, que sean prudentes y que lo dejen políticamente sano”, explica un asesor.
¿Y si no es elegido presidente? Ha señalado a sus asesores que partirá de nuevo, pero no en el mundo empresarial tradicional, sino que en los denominados “proyectos país”. Para ello está trabajando en frentes distintos, como la educación, medio ambiente y naturaleza, cultura, ciencia, innovación y tecnología. Con este objetivo, Piñera está creando una nueva fundación (que se sumaría a Futuro) y que está en pleno proceso de desarrollo y será lanzada pronto.
lunes, 17 de septiembre de 2007
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